viernes, 8 de febrero de 2013

Aires de Carnaval

¡Muy buenos días!

Como os comentábamos en la entrada anterior, hemos reducido nuestra frecuencia de actualización en el blog porque estamos en un momento lleno de cambios y mejoras, ¡pero seguimos aquí, por supuesto! Y más ahora que ya tenemos la nueva web en marcha y el nuevo catálogo de Danza. ¿Los habéis visto ya?
Pronto os hablaremos de la web, contándoos sus novedades. Si tenéis alguna pregunta sobre la misma o algo que queráis comentarnos, las recibiremos encantados tanto en el blog, como en el mail o cualquiera de nuestras redes sociales, y las responderemos públicamente en la siguiente entrada de blog. ¡Adelante con ello!


Hoy, en cambio, vamos a hablaros de lo que toca... que es el Carnaval.



Este fin de semana ya son las coloridas fiestas por nuestras ciudades y pueblos y, aunque es cierto que en estos tiempos los bolsillos no están para hacer alardes de grandeza, es precisamente en la adversidad cuando la gente saca su mayor potencial creativo. ¡Seguro que este año encontramos disfraces realmente originales! Igual os preguntáis con qué excusa decidimos aquí en Isance hablaros del Carnaval. Pues, básicamente, porque además de ser una parte importante de las culturas humanas, el Carnaval es una festividad muy relacionada con el mundo de la música, la moda y la danza.

Vamos a arrancar el tema por el principio, dedicándonos un poquito al origen del Carnaval. La cosa para nosotros empieza muy vinculada al calendario eclesiástico litúrgico, que es el que establecía que seis semanas antes de la celebración de la Pascua tocaban ciertas prácticas de penitencia y, de entre ellas, la Cuaresma. Durante la Cuaresma tradicional no se podía hacer gran cosa: nada de celebraciones, ni de comer comidas deseables como carne, grasas y azúcar. Los catorce días de Cuaresma se marcaban por una intensa austeridad... Pero, claro, ¿qué hacer con todas las reservas disponibles que podían estropearse en ese tiempo de purificación del organismo? La solución más sencilla para consumirlos era dar una enorme fiesta que incluyera a toda la comunidad y, según se cree, ése fue el origen del Carnaval.

Baco bebiendo, de Guido Reni 
Pero el Carnaval como fiesta de disfraces ya tenía sus antecesores fuera de la sociedad cristiana. Por ejemplo, en la Antigua Roma ya se hacían festivales similares como la Saturnalia o Bacchanalia, que acabaron siendo absorbidos por el Carnaval Italiano más tarde.

La Bacchanalia, por ejemplo, se hacía en honor al dios del vino Baco, algo que ya nos hace imaginar por dónde iban los tiros en esos festejos. La Saturnalia es más una fiesta del invierno.

También otros dicen que el verdadero origen del Carnaval es incluso más antiguo, como 5000 años a.C. Hubiera surgido de los festivales que se hacían en Egipto y Sumeria.

De esas grandes civilizaciones pre-cristianas se tomaron las primeras ideas, que luego se consolidarían con la fiesta previa a la Cuaresma y acabarían expandiéndose por todo el globo en la era de los Grandes Viajes, exportados a América por los navegantes españoles y portugueses. Así que, en el fondo, el Carnaval está bastante relacionado con la tradición católica. También un poco con la rama ortodoxa de esta religión, pero no con la protestante, que está mucho más marcada por la austeridad.

Eso sí, con el tiempo, la palabra Carnaval ha pasado a identificar toda fiesta en la que predominen los disfraces y las danzas, independientemente del lugar geográfico, el momento del año o los motivos que tenga detrás. Y, otro de los rasgos muy propios e identificativos del Carnaval, es la permisividad. Para la sociedad medieval del momento, sometida a la estricta religión, el Carnaval era el momento ideal de hacer todas las barrabasadas posibles y romper la represión que pesaría luego en Cuaresma sobre la sexualidad y el ayuno.

Bajo la excusa de las máscaras se estimula la transgresión, envueltos en disfraces se viven otros papeles y, en general, el Carnaval saca los deseos de libertad de cada uno.

El ejemplo perfecto se ve en el Carnaval de Venecia, en la Italia Renacentista, cuya tradición de las máscaras viene de cuando los nobles salían disfrazados para mezclarse con el pueblo llano y vivir sus intrigas y noches locas.

Aunque las formas en las que se celebran los carnavales y otras fiestas de disfraces en el mundo son realmente fascinantes, nosotros nos vamos a quedar con el ámbito local.

Son bien conocidos los Carnavales de Cádiz, de Cataluña y,  especialmente, los de unas bonitas islas en las que esta fiesta se lleva muy a lo grande: los Carnavales de Canarias. Pero... ¿para qué hablar de ellos, cuando podéis verlos a todo color y movimiento? El siguiente documental de Repor 7 del año pasado analiza en detalle los Carnavales de las Islas Canarias, el trabajo que envuelve los impresionantes trajes y cabalgatas, y la viveza y fuerza de una fiesta alegre, divertida y con sus componentes críticos. ¡No os lo perdáis!



Y con esto terminamos nuestro artículo del Carnaval. ¡Vaya, se me ha hecho corto y me he quedado con las ganas de investigar más sobre las tradiciones en otros países! La próxima vez, quizás :). Como siempre, espero que hayáis disfrutado del artículo. Recordad. ¡un blog se alimenta de vuestros comentarios!


Carmen, para ISANCE


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